El exceso de pensamientos y la hiperactividad mental son algunos de los síntomas comunes del TDAH en adultos, y puede ser un rasgo muy agotador. A veces, no puedes dormir profundamente por la noche o simplemente te despierLuchas Vitales de Un Adulto con TDAH
Tener TDAH no es ninguna broma. Lidiar con él como adulto es aún más difícil. La gente llega a pensar que el TDAH es sólo para niños. La imagen de un niño que no puede estarse quieto, no puede prestar atención o no puede concentrarse es algo que viene a la mente de las personas cuando escuchan la palabra TDAH. Este es un ejemplo de estereotipo del TDAH. Pero en realidad, esto es sólo la punta del iceberg del TDAH.
Mientras que es verdad que los niños también tienen un rato duro el ocuparse de ADHD debido a una carencia de la comprensión y de la compasión de la gente alrededor de ellas, consigue incluso más duro para los adultos. La gente suele pensar que el TDAH no afecta a los adultos o que es sólo una sensación que desaparece, el TDAH puede ser tan grave como lo es para los niños.
Hay numerosas situaciones que pueden surgir cuando se trata de TDAH como un adulto. Estas situaciones no se limitan sólo a cuestiones sociales, educativas o laborales, sino que también pueden afectar a tu relación con las personas que te rodean o incluso a tu autoestima.
Algunas personas con TDAH tienen problemas para mantener la organización en casa. A veces esta es la causa principal de que se extravíen las cosas y se pasen horas buscándolas. En mi experiencia, siempre coloco mis cosas en lugares extraños como el alféizar de la ventana o encima de las puertas. El problema es que suelo olvidar dónde las coloco. Por eso tardo horas en volver a buscarlas porque, para entonces, ya están ocultas a mi vista. 😅
A las personas con TDAH nos puede costar mucho asumir responsabilidades. Y a veces, nos agobiamos y simplemente evitamos las tareas que tenemos que hacer porque a veces tenemos miedo del resultado que estas tareas conllevan. Un buen ejemplo es abrir la pila de cartas y facturas que tienes sobre la mesa o el escritorio. Sabes que tienes que abrirlas, pero no puedes hacerlo. O, a veces, no estamos tan interesados ni tenemos tantas ganas de abrirlas.
Interrumpir las conversaciones puede provocar malentendidos. Incluso puede hacer pensar a tus amigos que no te interesa lo que dicen o que no valoras vuestra amistad. Sé que puede ser difícil evitar interrumpir a la gente cuando te apetece compartir los mismos pensamientos que la persona que está hablando, pero tienes que intentar aprender a controlarlo o, si es muy difícil controlarlo, explicar tu estado y disculparte cuando ocurra. De esta manera, te ahorras tener estas situaciones embarazosas y provocar más conflictos.
tas en medio de ella porque tu mente no para de pensar en cosas que surgen aleatoriamente de vez en cuando. En mi experiencia, tiendo a pensar mucho en situaciones pasadas, que a veces me entristecen o me hacen sentir culpable por cómo actué o hice sentir a la gente antes. Sin embargo, cuando intento pensar en cosas positivas de forma alternativa, mi mente parece trabajar aún más, lo que me provoca pensamientos acelerados.
Siendo una persona con TDAH, a veces me emociono demasiado al aceptar nuevas tareas o proyectos. Estas nuevas tareas me animan y me entusiasman al principio, pero cuando llega la fecha límite, a veces me olvido por completo de mis otras tareas. Cuando esto ocurre, acabo dejando de hacer algunas de ellas y, al final, me lleva a tener un trabajo incompleto. Esta es la razón por la que a veces es importante que las personas con TDAH controlen su impulsividad y piensen dos o tres veces antes de tomar decisiones.
Ser adulto no es fácil, y tener TDAH y ser adulto es realmente difícil. Pero hay esperanza y formas de afrontarlo. Puede que te lleve tiempo y esfuerzo, pero al final conseguirás controlarlo todo bien.