Cuando leo los comentarios y opiniones de nuestros seguidores en nuestra cuenta de Instagram, a menudo veo gente que dice: "Estos también son síntomas de TEA" o " Me diagnosticaron autismo y no sabía que estos también son síntomas de TDAH". De ahí que a menudo me haga preguntarme cuánta gente desconoce la comorbilidad entre estos dos trastornos 🤔.
Según las investigaciones, tanto el Trastorno del Espectro Autista (TEA) como el Trastorno por Deficit de Atencion e Hiperactividad (TDAH) son trastornos del neurodesarrollo, un grupo de afecciones en las que el crecimiento y el desarrollo del cerebro se ven afectados 🧠.
Como tales, el TEA y el TDAH comparten muchos síntomas comunes y pueden solaparse entre sí. Varios rasgos pueden confundirse con síntomas del otro, como los problemas de atención, los problemas de comunicación y las dificultades de interacción social. La buena noticia es que, aunque estas similitudes pueden ser bastante confusas para basar un diagnóstico, sigue habiendo diferencias claras entre la causa de estos rasgos 👌.
Pero antes de profundizar en estas condiciones distintas, tratemos primero de conocerlas individualmente - después de todo, el TDAH y el Trastorno del Espectro Autista siguen siendo diferentes entre sí. Para tener un diagnóstico correcto, es crucial entender los síntomas de cada uno por separado.
Según el Instituto Nacional de Salud Mental, el Trastorno del Espectro Autista es un trastorno neurodivergente que afecta a "la forma en que las personas interactúan con los demás, se comunican, aprenden y se comportan".
Los Trastornos del Espectro Autista se clasifican en estos cinco tipos en función de los factores de riesgo presentes, los antecedentes, el comportamiento y la gravedad de los síntomas en un individuo:
La Asociación Americana de Psiquiatría acuñó colectivamente estos tipos en un solo grupo, el Trastorno del Espectro Autista. Desde su creación en 2013, Trastorno del Espectro Autista es ahora el término más utilizado para diagnosticar a individuos con cualquiera de estos tipos de autismo 🧑⚕️.
Para diagnosticar un TEA deben cumplirse varios criterios diagnósticos, como un déficit persistente en la comunicación social y la interacción social, o conductas, intereses y actividades restringidas y repetitivas. Las habilidades lingüísticas, el contacto visual 👀 y las capacidades de comunicación no verbal también pueden tenerse en cuenta a la hora de comprobar si hay síntomas de autismo.
Por otro lado, un diagnóstico de TDAH implica dificultad para mantener la atención, tener rasgos hiperactivos-impulsivos o dificultad para centrarse en tareas específicas. Estos síntomas del TDAH se clasifican en tres categorías basadas en el rasgo predominante del TDAH que experimenta una persona. Una vez recibido el diagnóstico de TDAH, se le puede clasificar en uno de estos tres tipos de TDAH:
A diferencia de la intensidad de los rasgos autistas como base para la categoría de autismo, el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad depende de los tipos de síntomas que puede experimentar un individuo. Según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, el TDAH puede diagnosticarse teniendo en cuenta la edad a la que se manifiestan estos rasgos de TDAH, los entornos en los que se manifiestan estos síntomas y en qué medida afectan a su funcionamiento diario.
Aparte de la dificultad de una persona con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad para controlar sus impulsos y sus habilidades organizativas, el TDAH también puede afectar a las habilidades sociales de una persona, a su concentración o interés por un tema y a su aprendizaje, de forma similar a lo que ocurre con los TEA. Entonces, ¿cómo podemos distinguir uno de otro si tienen síntomas que se solapan? Cómo podemos tratar adecuadamente el TDAH sin dejar de lado otros trastornos del desarrollo? 😕
Es posible que te confundas al pensar por qué el TDAH y el autismo afectan a las interacciones sociales de una persona o cómo ambos pueden causar problemas de atención a tareas esenciales. Recuerda que el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad y el Trastorno del Espectro Autista comparten algunos síntomas, ya que ambos son trastornos del neurodesarrollo. Eso significa que los síntomas específicos pueden tener el mismo efecto en una persona, pero pueden tener diferentes causas profundas. Pero, por supuesto, como siguen siendo trastornos diferentes, los demás síntomas pueden ser bastante distinguibles.
Por ejemplo, aunque la genética puede desempeñar un papel tanto en el TDAH como en el TEA, y ambos pueden afectar a las funciones ejecutivas, el TDAH suele presentar un mayor riesgo de desorganización, dificultad para esperar o desregulación emocional. Por otro lado, en el Trastorno del Espectro Autista, el efecto sobre el funcionamiento ejecutivo puede consistir en conductas repetitivas, insistencia en lo mismo o intereses restringidos.
Otro efecto superpuesto del TDAH y el TEA puede verse en cómo manejamos las dificultades sociales 🧑🤝🧑. Las personas con trastorno del espectro autista pueden tener dificultades para leer las señales sociales o el lenguaje corporal, hacer amigos o comprender las perspectivas de otras personas. A las personas con TDAH, en cambio, puede resultarles difícil tomar turnos en las conversaciones, interrumpir a los demás con frecuencia o invadir el espacio personal sin darse cuenta.
El autismo y el TDAH pueden tener mucho en común, pero hay que entender que son diferentes entre sí. Para tener un diagnóstico correcto, es esencial consultar con un profesional 👩⚕️ que pueda dar una evaluación precisa y crear un plan de tratamiento que se centre no sólo en el trastorno del desarrollo sino en la persona en su conjunto.
Ya que hablamos de TDAH y TEA, ¿sabías que más de la mitad de los niños y adultos autistas tienen diagnósticos comórbidos de TDAH? Según el informe, los autistas tienen entre un cincuenta y un setenta por ciento de probabilidades de padecer también TDAH.
Hay varias explicaciones para esta elevada tasa de comorbilidad entre ambos trastornos del neurodesarrollo. Una de las razones es que la función cerebral afectada de ambos trastornos neurodivergentes puede estar relacionada, ya que comparten algunos síntomas y rasgos comunes. Según más investigaciones, puede haber un "solapamiento genético" entre quienes padecen ambos trastornos.
Otra explicación es que la tasa de comorbilidad es alta debido a cómo diagnosticamos estos trastornos. Algunos niños pueden presentar más síntomas de uno u otro trastorno, lo que dificulta su clasificación en una u otra categoría. La quinta versión del Manual Diagnóstico y Estadístico sitúa el autismo y el TDAH como dos trastornos que pueden coexistir en un individuo.
Dado que tanto el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) como el autismo comparten síntomas similares y pueden manifestarse simultáneamente, los profesionales de la salud mental deben ser cuidadosos a la hora de diferenciar cuál es cuál. El proceso de diagnóstico comienza con una evaluación clínica en la que el profesional hará preguntas sobre el desarrollo del individuo, sus habilidades sociales y lingüísticas y sus patrones de conducta.
Como el TDAH y el Autismo pueden confundirse y coexistir, es esencial entender la condición subyacente y tener un diagnóstico adecuado para su condición de salud mental. Los niños diagnosticados con TDAH, TEA o ambos deben tener el tratamiento y la medicación adecuados para controlar su condición 💊.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), algunos tratamientos y terapias específicos pueden ayudar a quienes padecen TDAH y autismo. El Análisis Conductual Aplicado (ABA) es un tipo de terapia conductual que se recomienda para los niños con autismo, ya que puede ayudar a mejorar el aprendizaje, la comunicación y las habilidades sociales. Del mismo modo, la terapia cognitivo-conductual también puede sugerirse para las personas que experimentan síntomas de TDAH.
Además, podemos mejorar las técnicas de formación de los padres 👪para orientar a los niños con TDAH y autismo sobre los retos sociales que pueden encontrar. Podemos ayudarles a practicar cómo hacer y mantener amigos, así como a mantener conversaciones apropiadas para su edad. También podemos representar distintos escenarios sociales que pueden resultarles difíciles para que sepan cómo reaccionar cuando se vean en esas situaciones.
Por último, hable con su profesional de la salud mental y pídale consejo matters👩⚕️. Es posible que el médico del niño no pueda responder a todas sus preguntas, pero dispondrá de los recursos y las referencias adecuados para ayudarle. La psiquiatría o psicología de adolescentes puede ser más adecuada para adolescentes y adultos jóvenes para ayudarte a entender sus pensamientos y emociones. Pero sea cual sea el profesional dependiente de la edad al que te dirijas, recuerda preguntar por las adaptaciones disponibles. Tanto si se trata de medicación para el TDAH como de servicios para el TEA, es fundamental contar con el diagnóstico adecuado para usted o su hijo.
Tanto el TDAH como el TEA son trastornos del neurodesarrollo y algunos especulan con que tienen un solapamiento genético, pero ambos siguen siendo trastornos diferentes. Mientras que el TEA puede dificultar que una persona se exprese y se comunique con los demás, el TDAH, en cambio, plantea sobre todo problemas de hiperactividad, falta de atención o ambos.
Sí. De hecho, es habitual que una persona con TEA tenga también TDAH.
El primer paso, y el más importante, es trabajar estrechamente con un profesional de la salud mental. A partir de ahí, podrá recibir una evaluación y un tratamiento adecuados.