Si padeces TDAH, puedes ser más propenso a tener pensamientos intrusivos. Los pensamientos intrusivos son pensamientos no deseados que aparecen en tu cabeza y te causan mucha ansiedad. Pueden ser perturbadores y dificultar la concentración en cualquier otra cosa. Entiendo lo angustiosas que pueden ser las ideas intrusivas, ya que he tenido problemas para controlar mis pensamientos en otras ocasiones.
En esta entrada del blog, veremos cómo se relacionan el TDAH y los pensamientos intrusivos, así como la forma en que puedes obtener ayuda.
Tener un cerebro predominantemente inatento puede producir pensamientos que son obsesivos y repetitivos. Una persona con un tipo inatento de TDAH puede tener su mente divagando en otro lugar e ignorar todo lo que está sucediendo en su mundo natural. Los pensamientos de un cerebro hiperactivo con TDAH, por ejemplo, pueden ser más agresivos o intrusivos que los pensamientos de un cerebro neurotípico. Estos son algunos de los síntomas del TDAH que puede experimentar el cerebro.
Un pensamiento intrusivo significa que una persona está pensando en algo que puede ser irrelevante, improductivo e incluso peligroso para sí misma o para otras personas. Estos pensamientos negativos suelen carecer de fundamento y pueden causar estrés. Los pensamientos intrusivos se definen como un exceso de pensamiento, que conlleva un aumento de la actividad cerebral y la contemplación de ideas inútiles y negativas. Sin embargo, estos problemas pueden afectar a cualquiera, no sólo a las personas con TDAH.
Pero, ¿qué ocurre si una persona con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad tiene pensamientos intrusivos?
Según las investigaciones, aunque una persona padezca un TDAH de falta de atención o un TDAH hiperactivo, es probable que sus pensamientos sean distintos a los de quienes no padecen esta enfermedad. Las redes cerebrales de una persona con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad están conectadas de forma diferente, lo que afecta a las funciones ejecutivas del cerebro. Estas funciones ejecutivas son responsables de la memoria de trabajo, la toma de decisiones, el autocontrol y el razonamiento del organismo.
Las funciones ejecutivas son el centro de mando de una persona en su cerebro, que controla los demás órganos de su cuerpo. Estos procesos cognitivos se asocian habitualmente a problemas de planificación, priorización eficaz de tareas, atención a los detalles, concentración en el trabajo o las tareas escolares durante largos periodos sin distraerse y control de los impulsos. Las redes cerebrales correspondientes también son responsables de la forma de pensar, actuar y sentir.
Para un cerebro con TDAH, los pensamientos intrusivos pueden ser intensos debido al escaso control de la persona sobre sus pensamientos. A veces, estos pensamientos negativos pueden ser persistentes y permanecer durante más tiempo. Si no se contienen y reconocen bien, los pensamientos perturbadores que pueda tener pueden producir trastornos relacionados y comorbilidades que pueden afectar aún más a su bienestar.
Primero, definamos qué es la comorbilidad. La comorbilidad del TDAH puede definirse como la presencia de una o más afecciones además de un trastorno primario. En este artículo, compartiremos más detalles sobre algunas de estas comorbilidades. Tenga en cuenta que esto no es un consejo médico profesional. Si desea tener un diagnóstico preciso, hable con un profesional de la salud mental para saber más sobre este tema.
La ansiedad es algo que alguien puede experimentar cuando tiene un bucle de pensamientos intrusivos. La ansiedad se desencadena cuando alguien se obsesiona con algo que puede producir sentimientos negativos en la mente. La persistencia de pensamientos durante varias horas, pensando en cosas que no se pueden controlar, es una forma de ansiedad. Si no se trata adecuadamente, también puede causar trastornos de ansiedad como la ansiedad social, el trastorno de pánico y el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC).
El trastorno bipolar es otra comorbilidad frecuente del TDAH. Las personas con trastorno bipolar pasan de la depresión, en la que se sienten tristes la mayor parte del tiempo, a un estado de excitación elevado o maníaco durante el cual están activas más allá de los límites normales con un exceso de energía. La manía se considera una forma extrema de estado de ánimo elevado en una persona con trastorno bipolar. Este trastorno se deriva de pensamientos intrusivos que producen emociones intensas que pueden dar lugar a comportamientos no deseados, que no se consideran "normales".
La depresión también es otro trastorno que suelen padecer las personas con TDAH. Se dice que la depresión es el tercer trastorno comórbido más frecuente del TDAH. Un estado depresivo suele desencadenarse cuando uno no puede satisfacer sus propias necesidades/deseos y aspiraciones debido a diversos factores como el trabajo, la familia o la vida personal. Cuando una persona con TDAH tiene depresión, puede sentirse mal consigo misma y tener problemas con la tristeza y los sentimientos negativos que toman el control de su mente.
Los Trastornos del Espectro Autista también pueden tener el TDAH como comorbilidad. Los estudios han demostrado que los niños con autismo afectados por el TDAH tienden a ser más desorganizados y a estar más desconcentrados que sus compañeros, lo cual es muy problemático para ellos. Esto se debe a que los síntomas del TDAH pueden dificultar aún más las interacciones sociales de estos niños. Los pensamientos intrusivos que experimentan pueden desencadenar los comportamientos estimulantes que realizan las personas con autismo.
El Trastorno Dismórfico Corporal también puede ser el resultado de pensamientos intrusivos. Este trastorno se caracteriza porque la persona cree que su cuerpo tiene un aspecto excepcionalmente diferente al de los demás, lo que hace que evite los acontecimientos sociales y las fotografías incluso más de lo habitual. Esto puede ser muy problemático porque puede empeorar el comportamiento obsesivo-compulsivo debido a la distorsión de la propia apariencia.
El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) es otro trastorno estrechamente relacionado con los pensamientos intrusivos y el TDAH. El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) es un trastorno de salud mental en el que una persona experimenta pensamientos, impulsos y compulsiones obsesivos e incontrolables que la llevan a realizar el comportamiento una y otra vez. Esto significa que una persona con este trastorno tiene pensamientos repetitivos que pasan por su mente con frecuencia, lo que puede causarle angustia e interferir en su razonamiento lógico. El TOC y el TDAH presentan similitudes porque ambos trastornos están relacionados con las funciones ejecutivas del cerebro. Los síntomas del TOC suelen caracterizarse por problemas de concentración, distracción, desorganización, olvido y problemas de seguimiento.
Por ejemplo, supongamos que una persona tiene un TDAH leve con sólo unos pocos pensamientos angustiosos e intrusivos. En ese caso, sus síntomas serán poco perceptibles y podrá seguir desenvolviéndose con normalidad en la sociedad. Sin embargo, quienes padecen formas moderadas-graves de TDAH tienen pensamientos más intensos que pueden interferir significativamente en su vida cotidiana. Estas personas pasan la mayor parte del tiempo preocupadas por los pensamientos intrusivos que experimentan, lo que afecta a su rendimiento escolar, laboral e incluso a sus relaciones personales.
Las ideas intrusivas pueden agravar los síntomas del TDAH. Piense en una persona con TDAH que sólo tiene unos pocos pensamientos angustiosos o intrusivos. Si ese es el caso, tendrán síntomas menores y podrán manejarse bien. En cambio, quienes padecen una forma moderada-grave de TDAH experimentan pensamientos más intensos que interfieren con frecuencia en su rutina diaria. Lo más probable es que estas personas pasen la mayor parte del tiempo preocupadas por los pensamientos intrusivos que experimentan, lo que afectará a su rendimiento escolar, laboral e incluso a sus relaciones personales.
Tener pensamientos obsesivos en un cerebro con TDAH es bastante común, pero el problema surge cuando no se pueden controlar estos pensamientos. Estos pensamientos intrusivos pueden desencadenar ciertos comportamientos que a menudo se consideran inusuales o inapropiados, lo que dificulta la interacción de la persona con los demás. En esencia, las personas con TDAH pueden experimentar más comportamientos obsesivo-compulsivos debido a la lucha constante de su cerebro por controlarse a sí mismo y a sus acciones.
Algunos miembros del grupo de TDAH han dicho que a menudo tienen pensamientos de autolesión, actos sexuales o violencia rondándoles por la cabeza. El TDAH puede causar este tipo de pensamientos intrusivos porque debilita las funciones ejecutivas del cerebro responsables de controlar tus emociones y comportamientos. Por eso, las personas que padecen a la vez TOC y TDAH suelen tener más casos de pensamientos intrusivos que las que tienen otra comorbilidad. El bienestar mental de los pensamientos intrusivos puede determinarse por lo mucho que luchan por controlar este tipo de ideas. Un pensamiento intrusivo provoca el TOC, lo que lo convierte en el principal vínculo entre las dos afecciones de salud mental.
La Fundación Internacional del TOC sugiere seis tipos de pensamientos intrusivos que se producen cuando alguien padece TOC. Estos incluyen: pensamientos agresivos, sexuales, religiosos, somáticos (relacionados con la imagen corporal), obsesivos, conductas de riesgo y escrupulosos. Estas ideas son frecuentes en la población con TDAH porque la disfunción cerebral provoca un control deficiente de los impulsos, lo que da lugar a comportamientos repetitivos u obsesiones. Los adultos que tienen tanto TDAH como síntomas de TOC pueden hacer que el cerebro sea más sensible a las emociones, y esto a menudo provoca una mayor respuesta al estrés que puede hacer que la persona se sienta tensa, ansiosa y deprimida.
Cuando una persona con un cerebro TDAH tiene suficiente de las cosas hirientes que le arrojan, a veces puede sentir la necesidad de escapar y "huir" de todo. Esta forma de trastorno de salud mental se denomina Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT) y suele producirse después de que una persona haya experimentado un suceso traumático. Estos sucesos pueden incluir agresiones físicas, accidentes mortales, guerras, catástrofes naturales u otros incidentes horripilantes que hayan puesto sus vidas en grave peligro.
El TEPT es un trastorno mental que hace que una persona "reviva" los momentos dolorosos del pasado, lo que provoca que vuelva a sentirse ansiosa cada vez que ve ciertas cosas o tiene pensamientos relacionados con su incidente traumático. El TDAH y el TEPT pueden darse simultáneamente debido al deterioro del funcionamiento ejecutivo de una persona, lo que permite que los pensamientos intrusivos tomen el control. Los cerebros con TDAH que padecen TEPT no pueden dejar de pensar en su trauma pasado, lo que a veces se traduce en una sensación de angustia mental, malestar físico y entumecimiento emocional.
La Asociación Americana de Psiquiatría sugiere técnicas disponibles para ayudarle a formar un mecanismo de afrontamiento de los pensamientos intrusivos. Las personas con TDAH suelen tener un estilo de pensamiento "fuera de la caja" que les permite crear y aplicar nuevas ideas para ayudarles a resolver dificultades y aprender cosas nuevas. Los individuos con TDAH pueden necesitar un enfoque diferente para dirigir y concentrar sus mentes en ocasiones.
Las investigaciones sugieren que la meditación de atención plena regular para adultos con TDAH puede disminuir significativamente la gravedad de sus pensamientos intrusivos. La meditación de atención plena es un método de entrenamiento espiritual totalmente natural que enseña a las personas a ser conscientes de qué ideas positivas y valiosas tienen, así como de qué nociones negativas e inútiles están pensando. Hay pruebas considerables de que meditar 15 minutos al día puede aumentar la concentración, la productividad y la creatividad. La meditación de atención plena también mejora las capacidades cognitivas del cerebro y reduce el estrés fisiológico causado por el pensamiento obsesivo.
Pero si no eres partidario de la meditación, de sentarte quieto y de dedicarte más tiempo a pensar, aún hay formas de superar los pensamientos intrusivos. No hay nada malo en probar estos pasos:
Aparte de estos pasos para superar estos pensamientos negativos, puedes dejar de pensar en exceso haciendo otra cosa para ocupar tu mente. Cuando estás bajo presión, es fácil que las cosas o ideas negativas se agolpen en tu cabeza. Podrías trabajar en algo que no tenga nada que ver con lo que te preocupa. Podrías restablecer la función de inhibición de la respuesta en tu cerebro con TDAH haciendo otra cosa.
Puedes hacer cosas como jugar a un videojuego y entretenerte durante horas, o puedes intentar hacer ejercicio para apartar tu mente de los pensamientos intrusivos. Hacer deporte o incluso yoga es bueno para despejar la energía negativa que pueden aportar los pensamientos intrusivos. También puedes hacer manualidades, leer un libro mientras te tomas un café, jugar con tu perro mascota, tocar un instrumento mientras cantas para mantenerte distraído. Rodearte de un entorno externo agradable también puede ayudarte a superar tus pensamientos intrusivos.
Si sigues luchando por controlar estos pensamientos obsesivos y la actividad cerebral exacerbada, puedes acudir a tu experto en salud mental para recibir el tratamiento adecuado. El tratamiento puede realizarse mediante sesiones de terapia para el TDAH con el fin de reducir los síntomas de los pensamientos intrusivos. Es importante buscar ayuda profesional ya que, en ocasiones, la medicación estimulante puede empeorar los síntomas del TDAH. Existen muchos tratamientos de salud mental para ayudar a cualquier persona que luche contra los pensamientos negativos.
Los pensamientos intrusivos forman parte de la vida de todos, pero pueden ser especialmente frecuentes en las personas con TDAH. Si te encuentras luchando para controlar estos pensamientos, hay cosas que puedes hacer para aliviar tu mente. Con un poco de esfuerzo, puedes aprender a vivir con los pensamientos intrusivos y no dejar que controlen tu vida.
Si estás luchando con pensamientos intrusivos, debes saber que no estás solo. Este tipo de pensamientos son frecuentes y existen formas de controlarlos. No dudes en buscar ayuda profesional si los pensamientos intrusivos te están causando una angustia significativa en tu vida. Con tratamiento, puedes aprender a controlar estos pensamientos y vivir una vida feliz y saludable. 🌷🧚♀️🌟💖
Hay muchas cosas que puede hacer para evitar que surjan estas ideas desagradables. Puede practicar la meditación de atención plena, el replanteamiento cognitivo y las técnicas de distracción.
Los pensamientos intrusivos suelen aparecer y desaparecer rápidamente, durando sólo unos minutos. Sin embargo, si se vuelven persistentes o causan una angustia significativa, se recomienda el tratamiento profesional.
Si sus pensamientos se refieren a hacerse daño a sí mismo o a otros, es importante que busque ayuda profesional lo antes posible. Estos tipos de pensamientos pueden ser muy peligrosos y requieren atención inmediata.
Los pensamientos intrusivos no están asociados exclusivamente con las enfermedades mentales, pero pueden ser un síntoma de afecciones como la ansiedad o la depresión.
Incluso las personas sin TDAH pueden experimentar tener estos pensamientos perturbadores. Este es el primer paso para superarlos: reconocer que existen y que todo el mundo los tiene de vez en cuando.