Antes de nada, definamos el TDAH y sus síntomas y cómo se relaciona con el burnout. Es importante entender primero estos dos conceptos diferentes para ser plenamente conscientes de su conexión.
El TDAH, o Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, es una afección médica por la que las personas afectadas pueden tener dificultades para concentrarse, ser hiperactivas o distraerse con facilidad. Hay otros síntomas del TDAH que se pueden experimentar, pero estos tres son algunos de los más comunes con los que luchan los adultos.
Por otro lado, el burnout es un término que se define como un estado de agotamiento físico, emocional y mental causado por un exceso de estrés o fatiga. La Organización Mundial de la Salud señala específicamente el estrés laboral crónico y no gestionado como causa del burnout.
El burnout también puede definirse como la falta de motivación para hacer algo. Esto puede deberse a varios factores, entre los que se incluyen una gran carga de trabajo o responsabilidad, falta de energía y frustración o insatisfacción en el trabajo.
Algunos síntomas del TDAH en adultos pueden tener una causa directa para que alguien experimente burnout. Por ejemplo, las personas con TDAH pueden tener dificultades para concentrarse en su trabajo, lo que las hace menos productivas y más estresadas. También pueden distraerse con más facilidad y tener dificultades para cumplir los plazos, lo que puede provocar sentimientos de frustración.
Hay momentos en nuestras vidas en los que siempre nos preguntamos por qué otras personas parecen hacer con facilidad algo que a nosotros nos resulta difícil. ¿Por qué algunas personas pueden concentrarse en una sola tarea y terminarla en un santiamén, mientras que a otras como nosotros nos cuesta concentrarnos y tomarnos nuestro tiempo para terminar algo?
Esto se debe a que nuestro cerebro esta cableado de forma diferente al resto. Un cerebro con TDAH puede producir continuamente innumerables ideas e información que pueden afectar a las tareas que estamos realizando en ese momento. La distracción que nos traen nuestros pensamientos desenfrenados a veces puede causarnos dificultades para concentrarnos. Aquí es donde comienza la lucha del TDAH contra el agotamiento.
Debido a nuestro deseo de terminar con éxito las tareas que se nos asignan, tendemos a ponernos bajo mucha presión. Tendemos a pensar que debemos hacer las cosas de la manera "normal", por lo que nos sometemos a mucha presión. También existe la posibilidad de que observemos los progresos de los demás y nos veamos afectados por ellos de forma negativa, sintiendo aún más ansiedad y otras emociones estresantes.
El agotamiento puede producirse cuando sentimos que lo hemos hecho todo pero seguimos mostrando el mismo resultado o a veces no se reconocen nuestros progresos. La cantidad de presión a la que sometemos a nuestros cerebros con TDAH mientras realizamos estas tareas puede llevarnos al agotamiento y la fatiga, lo que conlleva el burnout.
Tener burnout se puede evitar, incluso en personas con TDAH. Tener esta condición no equivale necesariamente a tener burnouts. Estos casos pueden prevenirse si podemos evaluar adecuadamente nuestra condición. Aquí tienes algunos consejos que pueden ayudarte a prevenir el burnout:
Acepte que no puede hacerlo todo, especialmente todo a la vez. La presión se acumulará, y la motivación para hacer estas tareas afectará a nuestra mente y nos hará sentir que no tenemos el control. Dedicar tiempo a hablar con tu equipo sobre tu trabajo puede ser muy útil para hacer frente al agotamiento laboral.
Busca formas de relajar tu cerebro. Todos sabemos que el TDAH y la relajación no se llevan bien debido a nuestros pensamientos hiperactivos. Pero podemos gestionarlos adecuadamente y pensar en ideas de autocuidado para controlar nuestros síntomas. Busca actividades relajantes, como ver tu anime favorito, practicar la respiración profunda o dar un breve paseo por el parque. Cuando por fin entiendas el TDAH te darás cuenta de que no es imposible tomarse tiempo para uno mismo sin necesidad de sentirse culpable.
No tengas miedo de tomarte descansos. Todo el mundo necesita descansar, y tú también. Es normal sentirse estresado y cansado, así que no trabajes en exceso. En lugar de eso, dedica un tiempo considerable a cuidarte, descansar y tomarte un respiro para evitar la fatiga por adhd.
La presión a veces es complicada. A veces, nuestro enemigo más difícil en la vida es nuestro cerebro con TDAH. Luchar contra el exceso de pensamientos y las presiones que nos trae nuestro cerebro puede llevarnos a un estado de agotamiento y ansiedad extrema. Es fácil decir que hay que evitar hacer estas cosas, pero intenta por todos los medios apartar tu mente de ellas.
Tú tienes tu propio camino a tu propio tiempo. ¿Sabías que tener TDAH a veces puede producir un cerebro no convencional y creativo? Es esencial que sepas que aunque tengas un cerebro TDAH, aún puedes construir grandeza en tu vida y hacer resultados maravillosos en tu estilo. Por lo tanto, no pierdas la esperanza e intenta no frustrarte demasiado cuando las cosas no salgan como quieres.
Busca ayuda y acude a personas en las que confíes. Por último, cuando las cosas no se pueden controlar, cuando el estrés y el agotamiento son demasiado fuertes y aún no hay señales de que vayan a mejorar, es hora de sacar a relucir los papeles secundarios y buscar ayuda profesional. Ellos podrán escucharte, ofrecerte apoyo emocional y, si lo necesitas, informarte sobre opciones de tratamiento como la medicación.
Hablar con tus amigos y familiares también puede ser muy útil. A veces, todo lo que necesitamos es alguien que nos apoye y nos escuche mientras nos desahogamos de nuestros intensos sentimientos o alguien que nos dé ese empujón extra de confianza para volver a levantarnos y recuperar nuestra autoestima.
Recuerda que no todos estamos exentos de sentirnos quemados. Tenemos que saber manejar nuestro estrés de la forma más eficaz posible y disfrutar de la vida al mismo tiempo.
Si sientes que tu vida se está volviendo muy estresante, te sientes agotado a menudo, te cuesta dormir, te avergüenzas y te cuidas, está bien pedir ayuda a un profesional de la salud mental. Recibir el apoyo adecuado puede ayudarte a prevenir el agotamiento. Un terapeuta puede darte consejos médicos e incluso hablar contigo sobre el tratamiento y la medicación. Obtener un diagnóstico adecuado también puede ayudarte a reconocer tus problemas y a realizar los ajustes necesarios en tu lugar de trabajo para gestionar tu carga de trabajo y establecer límites para evitar recaídas.
Los síntomas del TDAH y del burnout pueden ser muy similares. Las personas con TDAH pueden experimentar fatiga, dificultad para concentrarse y sentirse abrumadas. Las personas que experimentan burnout también pueden sentirse fatigadas, estresadas y abrumadas. También puede haber síntomas físicos como dolores de cabeza, dolor en el pecho o sensación de tensión.
Puede ser difícil distinguir entre el TDAH y el agotamiento. Si experimenta fatiga, dificultad para concentrarse y se siente abrumado, es posible que tenga TDAH, que sufra burnout o incluso ambas cosas. La mejor forma de saberlo con seguridad es consultar a un profesional de la salud mental.
La mayoría de los científicos creen que el TDAH está causado por una combinación de factores genéticos y ambientales. El agotamiento suele estar causado por factores estresantes relacionados con el trabajo, como largas jornadas laborales, plazos poco realistas y exigencias excesivas. También puede deberse a factores estresantes personales, como el cuidado de un familiar enfermo o un divorcio.
El tratamiento más común para el TDAH es la medicación además de la terapia. A menudo se recetan medicamentos estimulantes como el metilfenidato (Ritalin) y las anfetaminas (Adderall). El agotamiento suele tratarse con terapia y técnicas de control del estrés. Es importante identificar las causas del agotamiento y hacer cambios en su vida para reducir los factores estresantes que lo provocan.