A veces me frustro 😣 cuando no consigo hacer las cosas bien a tiempo o no tengo la energía suficiente para al menos iniciar las tareas en cuanto se me ocurre la idea. Las oportunidades desperdiciadas y el tiempo perdido ⏲️ pueden ser una fuente de angustia, especialmente cuando se trata de algo que realmente quiero hacer. No acabo de entender cómo funciona mi cerebro con TDAH y la mayor parte del tiempo siento que trabajo en su contra.
Cuando todavía era una de esas personas que se sienten perdidas y confusas sobre cómo funciona su cerebro, siempre me machaco y me obligo a hacer cosas aunque no quiera 😢. Tengo tanta energía para gastar, pero tan poco empuje para seguir adelante. Como solo me obligo a hacer cosas, tiendo a experimentar con frecuencia el agotamiento y termino decepcionando a la gente que me rodea. La lucha por encontrar y mantener la motivación me deprimió y empecé a preguntarme: ¿cuáles son las posibles razones que hay detrás de ello?
No me malinterpretes, sé que los neurotípicos también experimentan una baja motivación. De vez en cuando, también tienen la sensación de no hacer nada en todo el día. Sin embargo, cuando las personas con TDAH carecemos de motivación para hacer algo, a menudo nos etiquetan con cosas negativas que pueden herir nuestros sentimientos. El problema que nos encontramos cuando dejamos las actividades aparcadas porque no tenemos las ganas o el empuje adecuados puede hacernos parecer vagos desde el punto de vista de los demás 🥱. Esto me hace empezar a tener esta pregunta: ¿Es TDAH o Pereza?
Supongamos que ya tienes tu diagnóstico de TDAH y que un profesional de la salud mental te facilita los conocimientos básicos sobre el Trastorno por Deficit de Atención e Hiperactividad. En ese caso, puedes pasar a la siguiente parte de este blog. O, si tienes tiempo de sobra para leer y en este momento estás hipercentrado en aprender más sobre esta condición neurodivergente, también puedes seguir leyendo. Pero esta sección va dirigida a aquellos que aún no se han decidido a pedir cita con su médico de salud mental.
Hola. Igual que tú, yo también pasé por esa fase en la que no entendía lo que pasaba 😕. Como no entiendes lo que pasa, sientes que las cosas van en contra de cada paso que das, e incluso tu cerebro no está de acuerdo con lo que quieres.
La dificultad a menudo comienza cuando se nos mantiene en la oscuridad acerca de lo que estamos teniendo problemas. Puede que a algunos de ustedes les parezca bien no saber a qué se enfrentan, pero para muchos es importante tener algo con lo que etiquetar sus luchas.
El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad es un trastorno neurodivergente que se caracteriza por problemas de concentración, impulsividad y/o hiperactividad. Se trata de un trastorno mental que también puede afectar a nuestro funcionamiento ejecutivo, repercutiendo en nuestra forma de planificar, organizar y ejecutar tareas. Hay muchos síntomas del TDAH que pueden hacer que tengas dificultades en tus actividades diarias, como cometer errores por descuido, tener dificultades para prestar atención o tener problemas para terminar las tareas 😞.
No tenía ni idea del TDAH antes de ir al médico. No tenía ni idea de lo que era este trastorno neurodivergente y lo único que sabía era que me costaba mucho centrarme en mis intereses y aficiones, y que no podía concentrarme en nada durante mucho tiempo. Tras el diagnóstico, me sentí aliviada y aterrorizada al mismo tiempo. Me sentí aliviada porque, por fin, sabía lo que me estaba dificultando las cosas, y aterrorizada porque entonces no había tantos recursos disponibles. A fin de cuentas, ese diagnóstico me salvó, por así decirlo. Por fin recibí la confirmación de que mis síntomas NUNCA eran intencionados.
Es como decir, sí, puede que sigamos cometiendo errores por descuido porque así es como hacemos las cosas, pero también podemos empezar a aprender a trabajar con nuestro Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad. Lo mismo ocurre con nuestra motivación. Puede parecer que somos perezosos, pero no lo somos 👍. Nuestros cerebros están conectados de forma diferente.
En nuestro camino hacia la gestión de esta condición neurodivergente, sobre todo en el manejo de la motivación, puede que nos desanimemos mucho, que nos sintamos fracasados a menudo o que tengamos problemas para mantenernos organizados. Pase lo que pase, debes saber que estos son solo algunos de los factores que influyen en el TDAH 👌.
Hemos hablado de conocer la importancia de tener un diagnóstico de TDAH para entender cómo funciona nuestro cerebro y cómo nos puede afectar. Pero aún no hemos hablado en detalle de la pereza. La pereza, según múltiples definiciones de internet, es la falta de voluntad para hacer algo o no tener ningún esfuerzo para conseguir un objetivo.
Es posible que a menudo oigas a tus profesores o a tus padres decir a los niños "Eres muy listo, pero eres un vago" o "Si alguna vez eres más diligente y estás más presente en las cosas que haces, seguro que consigues algo". Y sé que puede resultarte familiar porque así es como algunos adultos se dirigieron a mí también. Es como si no hubiera hecho nada para ser mejor o no hubiera intentado nada: todo lo que ven es a alguien que no tiene ganas o que no se esfuerza en absoluto 😭.
Muchas personas que no saben lo que se siente al tener TDAH suelen ver los síntomas y pensar que somos demasiado vagos para hacer nada. Para ellos es fácil decir que tenemos que concentrarnos más y prestar atención, pero lo que no entienden es que queremos hacerlo pero no podemos.
El comportamiento frecuente de ociosidad puede estar relacionado con la motivación de una persona, que, en sí misma, es un mecanismo complejo que no está tan claro como el día y la noche. Hay muchos otros factores que afectan a nuestra disposición a hacer algo y que hay que tener en cuenta. Decir que somos perezosos no ayuda a nuestro objetivo de controlar nuestra enfermedad.
Las ganas de hacer algo no dependen simplemente de si queremos hacerlo o no. Por ejemplo, cuando nos esforzamos en una tarea, no significa automáticamente que nos guste hacerla. De hecho, a veces, aunque nos gusten ciertas actividades, nos cuesta realizarlas.
Aquí es donde entra en juego nuestra motivación ✊. Nuestra motivación puede ser intrínseca o extrínseca, y puede afectar a la forma en que una persona ve una tarea que se le presenta. La motivación intrínseca proviene de nosotros mismos, es cuando hacemos algo porque queremos o porque nos divierte hacerlo. Ejemplos de actividades que suelen estar alimentadas por nuestra motivación intrínseca son las aficiones, los intereses y las relaciones ❣️.
Por otro lado, la motivación extrínseca proviene de factores externos, como las recompensas, la fama, las calificaciones, la aprobación de los demás, etcétera. Y muchas personas con TDAH tienden a verse muy afectadas por éstos. Pensándolo bien, ¿cuántas veces hacemos cosas simplemente porque son un requisito para un trabajo o la escuela?
Los comentarios de los demás también pueden influir en nuestra motivación. Te contaré una historia:
Cuando era niño, solía hacer muchas cosas que me interesaban, como dibujar ilustraciones o tiras cómicas 🎨, para plasmar mis ideas en algo más visual. Cuando estaba creciendo, una persona que conocía dio una opinión desafortunada con respecto a mi estilo. Y como por aquel entonces no estaba diagnosticado, no entendía bien lo que era el TDAH. Me emocioné bastante con sus comentarios y me sentí rechazada por cómo veían mis obras.
Lo admito, desde entonces rara vez he cogido el bolígrafo y la tableta de dibujo, y me entristece mucho porque antes me encantaba hacerlo. Este suceso se convirtió en una de las muchas razones que dificultan mi motivación intrínseca, y me hizo sentir que no era lo bastante buena o que no tenía talento para hacer lo que me gusta.
Pero eso era entonces, cuando tenía un TDAH no tratado. Con una gestión adecuada de mis emociones y práctica en aceptar bien las críticas, poco a poco fui mejorando mi oficio 💗. Además, ahora entiendo adónde me pueden llevar mis aficiones e intereses. Si hubiera decidido ignorar mis síntomas y dejarlos sin tratar, ahora mismo sería una persona totalmente distinta.
Estar motivado por cosas que podemos obtener a cambio de hacer algo no es malo. Estas motivaciones extrínsecas pueden servir de inspiración para hacer las cosas bien. Por ejemplo, las recompensas monetarias, el derecho a presumir o la sensación de logro después de completar una tarea pueden servir como grandes motivadores.
Sin embargo, las cosas pueden ser un poco diferentes cuando hablamos de cómo nos ocupamos de las tareas para nosotros mismos. Como hacer la colada o cualquier otra cosa que sólo nos afecte a nosotros. Si las tareas sólo nos afectan a nosotros, puede que nos cueste iniciar estas actividades. Aquí es donde otras personas pueden vernos como perezosos 🥱. Sepa que en algunos casos, no se debe a la pereza. Puede deberse a la avolición, a la falta total de motivación o ganas de hacer incluso las tareas más sencillas, como pagar las facturas, limpiar o preparar la comida.
La avolición no es un concepto nuevo. Se ha asociado a otros trastornos mentales, como el trastorno bipolar, la esquizofrenia, el trastorno de estrés postraumático y el trastorno depresivo persistente. Las personas que padecen estos trastornos tienden a alejar cualquier pensamiento de hacer cosas o pueden tener dificultades para completar tareas aunque sepan que su falta de acción podría tener consecuencias graves 😨.
En comparación con otros trastornos del estado de ánimo, el TDAH no suele asociarse a la avolición. Si padeces TDAH y sospechas que tienes avolición, debes consultar a un profesional sanitario de inmediato, ya que es posible que coexista otro trastorno mental con tu TDAH 🧑⚕️.
De nuevo, la avolición no se caracteriza simplemente por una baja motivación; apunta a la incapacidad de iniciar y persistir en actividades dirigidas a un objetivo.
A diferencia de lo que otras personas puedan pensar, no somos simplemente perezosos. Es difícil explicar la sensación de ser incapaz de hacer algo aunque se quiera. El nivel de motivación puede variar de una persona a otra y de un día a otro. Hay días en los que no nos apetece hacer nada en absoluto porque la sola idea de empezar algo nuevo nos produce la sensación de no poder completarlo.
Si ha leído muchas entradas en nuestro sitio web, leerá aquí a menudo que obtener un diagnóstico es crucial. El manejo adecuado de los síntomas del TDAH sólo puede abordarse si tenemos un conocimiento completo de nuestro trastorno neurodivergente. Acudir a un profesional 🏥 puede ayudarte a entender mejor lo que le ocurre a tu cerebro y cómo puedes abordar las dificultades de la función ejecutiva y tener poca motivación.
Los profesionales de la salud mental 🧑⚕️ pueden dar tratamientos diferentes a las personas con TDAH en comparación con las personas que luchan contra otros trastornos, como los trastornos de ansiedad o el TOC. Tienen la experiencia y la inteligencia para ayudarnos a gestionar nuestra disfunción ejecutiva y el estrés que conllevan otros síntomas que experimentamos. Es posible que tengan que organizar sesiones con tu terapeuta para ayudarte a hablar de las cosas que te molestan y cómo abordarlas.
Otro consejo es contar con el apoyo y la comunidad adecuados que te reconozcan por lo que eres, sin juzgarte. Contar con el grupo adecuado de personas con las que hablar del TDAH puede ayudarte a comprender que nunca estás solo en este viaje 🥰. Tu sistema de apoyo puede ayudarte a encontrar diferentes opciones para controlar tus síntomas. También pueden presentarte otra información que puede guiarte a través de tu viaje de tratamiento.
Hay muchas cosas que queremos y esperamos conseguir en nuestras vidas, pero puede ser un reto cuando tenemos poca motivación. Esto no significa que debamos renunciar a nuestros sueños y objetivos. Tenemos que entender que tener TDAH no es un obstáculo para el éxito. Aún podemos lograr lo que queremos siempre que sepamos manejar bien nuestros síntomas y encontremos continuamente formas de superarnos 💕.
No, el TDAH no causa pereza, y esta última no es un síntoma oficial de este trastorno neurodivergente. Sin embargo, algunos síntomas pueden hacer parecer que una persona con TDAH es perezosa.
Varios síntomas notables incluyen distraerse con facilidad, ser incapaz de concentrarse y ser olvidadizo. Todos ellos pueden afectar a cuándo y cómo una persona puede hacer sus tareas. Las emociones también pueden influir, porque los comentarios hirientes pueden desanimar a las personas con TDAH a hacer algo.
La avolición o la falta total de voluntad para hacer incluso las tareas más simples no suele estar relacionada con el TDAH. Sin embargo, se asocia con otras condiciones de salud mental que pueden coexistir con el TDAH.